27, junio, 2025
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Cómo los drones y la IA están reconfigurando la cadena de suministro

En una economía global cada vez más definida por la velocidad, la precisión y la adaptabilidad, la logística se ha convertido en el alma de las operaciones empresariales. Para Argentina, un país con una gran diversidad geográfica, complejos retos de infraestructuras y una economía digital en evolución, la modernización de la logística ya no es una visión a largo plazo. Es una necesidad.

Mientras que gran parte de la conversación nacional ha girado en torno a la inflación, la reforma laboral y las exportaciones, una transformación más silenciosa pero poderosa está teniendo lugar en el sector logístico. Tecnologías emergentes como los drones, la inteligencia artificial (IA) y el aprendizaje automático están empezando a trastocar los modelos de distribución tradicionales. Estas herramientas no sólo están mejorando la eficiencia; están redefiniendo lo que es posible en el comercio argentino, desde Buenos Aires hasta Tierra del Fuego.

No solo la tecnología se implementa en la cadena de suministro, también otras compañías como cualquier casino innova a la hora de ofrecer sus servicios con el paso del tiempo. Por ello, es importante estar al tanto de todas las innovaciones.

Este cambio presenta nuevas oportunidades de negocio, debates regulatorios y dilemas estratégicos. También posiciona a Argentina como potencial líder regional en logística inteligente, si es capaz de superar obstáculos clave.

Un sector que necesita urgentemente innovación

El sector logístico argentino ha adolecido durante mucho tiempo de ineficiencias: infraestructuras viarias anticuadas, ferrocarriles infrautilizados, puertos sobrecargados y elevados costes operativos debidos a los precios del combustible y la burocracia. Para las empresas nacionales e internacionales, esto ha significado históricamente retrasos, pérdidas e imprevisibilidad de la cadena de suministro.

Las expectativas de los consumidores han cambiado. Con el auge de plataformas de comercio electrónico como Mercado Libre, PedidosYa y Tiendanube, la demanda de entregas rápidas, rastreables y asequibles se ha disparado.

Satisfacer esas expectativas requiere algo más que camiones de reparto tradicionales. Requiere una mentalidad tecnológica y algunas alas.

Drones en acción: Más allá de la ciencia ficción

Argentina se ha ido introduciendo poco a poco en el mundo de los drones. Lo que empezó como proyectos experimentales en agricultura y medios de comunicación se está extendiendo ahora a la logística.

Empresas emergentes como Drone Logistics Argentina y Aerobotix están llevando a cabo programas de prueba para entregar pequeños paquetes, suministros médicos e incluso alimentos en zonas rurales de difícil acceso o en centros urbanos congestionados. Un dron puede completar lo que sería una entrega en moto de 45 minutos en menos de 10 minutos, con cero emisiones y menor coste operativo tras la inversión inicial.

Hace unos años, una empresa de logística de Buenos Aires se asoció con una incubadora tecnológica de Córdoba para probar la entrega autónoma con drones en los barrios periféricos de la ciudad, donde la congestión del tráfico ha retrasado históricamente las entregas de última milla. La prueba mostró una reducción del 25% en los tiempos de entrega y del 40% en los gastos relacionados con los vehículos.

Pero la adopción de los drones no se limita a la velocidad. Abre la puerta a la logística de emergencia: reparto de medicamentos durante inundaciones, distribución de vacunas en comunidades remotas o reabastecimiento rápido de equipos críticos en zonas catastróficas.

El papel de la IA: rutas más inteligentes y entregas predictivas

Aunque los drones son el símbolo más visible de la innovación logística, la IA puede ser el más transformador. Varios minoristas y empresas de transporte argentinas ya utilizan software logístico basado en IA para optimizar rutas, prever la demanda y reducir costes.

Estas plataformas analizan conjuntos de datos masivos, como patrones de tráfico, condiciones meteorológicas, niveles de inventario e incluso el comportamiento de los clientes, para determinar la forma más eficiente de satisfacer los pedidos.

Por ejemplo, el software de optimización de rutas de IA puede reconfigurar las rutas de reparto en tiempo real si detecta un accidente en una autopista clave. En lugar de que los conductores pierdan tiempo en el tráfico, se les desvía por GPS, ahorrando combustible y manteniendo los plazos de entrega.

Más allá de las rutas, los algoritmos de aprendizaje automático ayudan a las empresas a anticipar los aumentos de la demanda en periodos de gran volumen, como Navidad o los partidos de fútbol más importantes, lo que les permite preposicionar existencias o aumentar las flotas de reparto en consecuencia.

Logística 4.0: Integración de IoT y automatización de almacenes

Los drones y la IA son sólo una parte de un movimiento más amplio hacia la Logística 4.0, un término que engloba la transformación digital de toda la cadena de suministro a través del Internet de las Cosas (IoT), la robótica y la computación en la nube.

En Buenos Aires, un importante minorista ha implantado recientemente robots de almacén impulsados por IA que recogen, empaquetan y preparan pedidos un 70% más rápido que sus homólogos humanos. Estos robots trabajan junto al personal de almacén, aumentando el rendimiento y reduciendo los errores en los pedidos.

Los sensores instalados en todo el ecosistema del almacén controlan la temperatura, la humedad y el movimiento de los paquetes, creando un «gemelo» digital del almacén en tiempo real. Estos datos se introducen en cuadros de mando centralizados, lo que permite a los gestores responder inmediatamente a las anomalías (por ejemplo, un envío retrasado desde Mendoza o una unidad de refrigeración que falla en Neuquén).

Bloqueos normativos y lagunas políticas

Como ocurre con cualquier disrupción tecnológica, la regulación va por detrás de la innovación. Argentina carece actualmente de una legislación nacional exhaustiva sobre el uso de drones para la logística comercial. Aunque la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) ha publicado directrices generales para el funcionamiento de los drones, éstas están más orientadas a los aficionados y a las aplicaciones de vigilancia que a la logística.

Este vacío normativo crea incertidumbre para las empresas que quieren invertir fuertemente en flotas de drones o en infraestructura de IA. Cuestiones como el control del espacio aéreo, la responsabilidad, los seguros y la privacidad de los datos están aún en las primeras fases de debate, lo que deja en el limbo tanto a las startups como a las multinacionales.

También está la cuestión de la mano de obra. Aunque la automatización aumenta la eficiencia, puede reducir la necesidad de ciertos empleos logísticos poco cualificados, lo que plantea cuestiones sobre el reciclaje, la mejora de las cualificaciones y el papel de los sindicatos en la transición.

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