POLÍTICA
El Ejército busca colocar a perfiles cercanos en la elección judicial del 1 de junio
La Secretaría de la Defensa Nacional no solo vigila las calles: también busca controlar los tribunales.
Con la elección judicial del próximo 1 de junio, en la que se renovarán cargos en la Suprema Corte de Justicia de la Nación y tribunales clave, el Ejército Mexicano ha entrado en el juego.
Y no lo hace desde la retaguardia. Lo hace con candidatos, estructura y operación.
Un millón de votos en juego
La elección, inédita en el país, tendrá una participación estimada de apenas el 10% del padrón electoral.
Eso equivale a cerca de 9 millones de votos.
Con más de 300 mil efectivos activos y el poder de movilizar a sus familias, Sedena podría aportar más de un millón de sufragios.
Suficientes para inclinar la balanza en al menos una de las plazas en disputa.
Los perfiles castrenses
La Sedena, bajo el mando del general Ricardo Trevilla, ya definió a sus cartas fuertes:
- Ricardo Sodi Cuéllar, expresidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado de México.
- Zulema Mosri Gutiérrez, magistrada del Tribunal Federal de Justicia Administrativa.
Ambos figuran en las boletas para llegar a la Suprema Corte.
Vínculos religiosos y militares
Sodi Cuéllar tiene un perfil conservador. Proviene de la Universidad Anáhuac, ligada a la Legión de Cristo.
Esa red académica ha sido puente entre el Ejército y la educación privada desde hace años.
Sedena ha canalizado millones de pesos en becas y convenios con colegios como el Instituto Cumbres, exclusivos para mandos castrenses y sus hijos.
Incluso se han organizado seminarios sobre Seguridad Nacional en esas universidades, con participación directa de generales como Salvador Cienfuegos.
Poder judicial con uniforme
Zulema Mosri es esposa del general Rafael Macedo de la Concha, exprocurador con Vicente Fox.
Su cercanía al Ejército y su posición actual en la justicia administrativa la vuelven ideal para ampliar la influencia castrense en el poder judicial.
Ni su origen neoliberal parece ser problema para Sedena, siempre que garantice protección institucional.
El trasfondo: Sedena quiere blindaje
Con Claudia Sheinbaum, el Ejército ha perdido contratos, proyectos y presencia política.
La Secretaría de Seguridad, ahora bajo Omar García Harfuch, ha ocupado el centro de la estrategia.
Sin obra pública ni cartera abierta, el nuevo terreno de poder es el judicial.
Colocar a un ministro —o ministra— en la Corte, con lealtades verdes, podría ser el seguro que Sedena necesita para lo que viene.
Y ya lo están votando.
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