1, enero, 2025
13.8 C
Ushuaia

La vuelta a Brasil: Las playas secretas que deberíamos descubrir

Desde siempre, a los argentinos les atrajo Brasil. Las playas de aguas cálidas y turquesas, los paisajes con morros, la arena blanca; son muchos los rasgos que entusiasman y traen a la mente la postal más paradisíaca al pensar en un descanso. Pero este año hay un factor extra que termina de inclinar la balanza: la devaluación del real y la apreciación del peso vuelve mucho más accesible el viaje, con precios incluso más convenientes que los de las playas argentinas (u otra variante de turismo local).

Con ese combo tentador, surge una nueva pregunta: ¿adónde ir? Es que más allá de los destinos más obvios, como Río de Janeiro o Florianópolis, Brasil se extiende a lo largo de su costa en una multiplicidad de playas menos visitadas e igual de bellas (e incluso más). A continuación, algunas recomendaciones para variar el destino y llevarse una buena sorpresa.

Un poco del Caribe

Desde la plataforma de reserva de viajes Booking.com notan un aumento considerable en las búsquedas del país vecino. “No solo se posiciona por su cercanía, diversidad paisajística y una relación costo-beneficio inigualable, sino también porque responde a nuevas formas de viajar”, detallan. Y si bien entre los destinos más buscados para este verano se encuentran Florianópolis, Bombinhas, Río de Janeiro, Buzios y Camboriú, lugares más bien típicos para el argentino, hay un 29% que prefiere las playas más privadas.

En este camino, resaltan lugares como Japaratinga, en el estado de Alagoas y entre Maragogi y Porto de Pedras. Esta antigua colonia de pescadores se destaca por sus playas de aguas tranquilas y arena blanca, casi siempre desiertas. También por su cercanía a los arrecifes de coral y por sus piscinas naturales, a las que es posible llegar en lancha o catamarán y zambullirse con snorkel para avistar los distintos peces de la zona.

También en el estado de Alagoas, Antunes se va ganando su fama dentro de lo que se conoce como “el Caribe brasileño”. Sus piscinas naturales se deben a la baja marea y es posible llegar caminando por los bancos de arena, pero también haciendo kayak o stand up paddle. En tanto sus playas ofrecen arena fina, palmeras ondeando al viento y agua siempre turquesa. Si lo que se quiere es serenidad, está asegurada: la estructura local es simple, ya que la zona no está muy desarrollada aún. Sin grandes bares o restaurantes, la magia estará en los puestos y vendedores locales.

Espíritu bohemio

Al alejarse de los grandes destinos, lo que muchos buscan también es un espíritu más bohemio y relajado. Algo que logra con creces São Miguel do Gostoso, en Río Grande do Norte, un destino perfecto para el kitesurf, con vientos constantes y espíritu descontracturado. Sigue siendo un pequeño pueblo de pescadores con apenas 10.000 habitantes, calles de tierra y una sola iglesia. Y aunque año a año va incrementando su cantidad de visitantes, conserva la calma y la simplicidad gracias a gestos como no permitir la música a volumen alto en los bares. Los pequeños restaurantes ofrecen cocina local y la plaza sigue siendo el punto de reunión de los pueblerinos, donde es posible detenerse a charlar un rato y así empaparse de la cultura local.

Otro destino muy recomendado es Ilhabela, en São Paulo. “Con más de 40 playas y cascadas escondidas, esta isla es un paraíso para los amantes del ecoturismo”, detallan desde Booking.com. Plena de morros y vegetación, dada su riqueza biológica más del 80% de la isla es considerada reserva natural, y es común ver tucanes y monos saltando de rama en rama. En cuanto a las cascadas, llegar a ellas puede ser un paseo de aventura ideal para combinar con otros días de descanso panza arriba en la playa.

Y en la misma línea de tranquilidad bohemia se inscribe Barra Grande, en el estado de Bahía. Se trata de un pueblo pesquero que combina autenticidad y simpleza con paisajes de ensueño. Del lado de la Bahía de Camamú, ofrece una playa recta, de arena clara y aguas templadas, tranquilas y con fondos que suelen ser bajos, lo que la vuelve ideal para los niños. Otro de sus hits es la Lagoa do Cassange, un lago de agua dulce rodeado de vegetación exuberante, programa perfecto para un día de relax.

Islas por conocer

Desde Civitatis, la compañía de distribución online de visitas guiadas y actividades en español en los principales destinos del mundo, proponen además otra manera de disfrutar las playas (aún) no tan populares de Brasil: realizando excursiones a las islas más fabulosas.

Por ejemplo, desde Florianópolis proponen llegar hasta la isla de Campeche, un paradisíaco entorno natural de playas de arena blanca y aguas cristalinas. El recorrido en barco deja a los pasajeros entre rocas de gran altura y una vegetación frondosa. También entre coatíes siempre dispuestos a robar alimento o hasta bolsos, por lo que se recomienda estar atento.

Y asimismo desde Florianópolis, la empresa propone una excursión a Guardo do Embaú, una bahía en la que vale la pena el chapuzón, llegando a tener río, mar y playa en el mismo lugar gracias al río Da Madre, que desemboca aquí. Esto también permite el pintoresco paisaje de los botes de todos colores cruzando las aguas. Los distintos bares sobre la playa aportan su magia, sobre todo por la noche, cuando encienden las luces.

En los alrededores de Salvador de Bahía, en tanto, un recomendado es el paseo en barco por las islas de Frades e Itaparica, a las que se llega cruzando la Bahía de Todos los Santos. Con apenas seis kilómetros de longitud y forma de estrella de 15 puntas, la Isla de los Frades (o sea, Isla de los Frailes) tiene vegetación preservada, olas cálidas y mareas lentas. También ofrece caminatas que desembocan en cascadas y colinas remotas desde las que es posible regalarse vistas panorámicas de la bahía.

Por su parte, Itaparica se presenta como sumamente tranquila. De playas mansas, con arena limpia y suave, su agua tibia permite pasar mucho tiempo sumergido. Cuenta con 40 kilómetros de orilla, lo que ofrece muchas combinaciones de arena y mar, siempre con opciones de sombra bajo los cocoteros y con muy buenos rincones para ver el atardecer. La vida local sucede a un ritmo relajado, lejos del bullicio y ajena al incremento del turismo.

Finalmente, Civitatis recomienda visitar el Morro de São Paulo, un balneario agraciado “con playas de arena blanca, aguas cristalinas y templadas, mucha vegetación, clima agradable todo el año y ambiente relajado y ameno”. Además, aquí está prohibida la circulación de vehículos, con el fin de preservar el medio ambiente. Por eso, la compañía propone un tour en lancha rápida por las islas del Archipiélago de Cairú. ¿Que ver aquí? Las piscinas naturales de Garupuá y Moreré, entre corales y peces coloridos, ideales para hacer snorkel y deslumbrarse.

Un verano distinto

Apenas unas horas de vuelo nos separan del país vecino, con frecuencias que en muchos casos son diarias. Y alejarse de las multitudes, sentirse a años luz de la rutina y sorprenderse con paisajes dignos de postales son solo algunas de las razones para visitar estas playas e islas menos concurridas de Brasil. Cada una con su belleza única e irrepetible aportará su propio argumento. El resultado serán unas vacaciones para el recuerdo.

Galería de imágenes

Más Noticias

Relacionadas

“En Cromañón hubo mucha solidaridad, pero nos estigmatizaron”, dicen sobrevivientes

Para los que éramos adolescentes aquel 30 de...

El Servicio Meteorológico Nacional tiene nuevo director: es un héroe de Malvinas

Tras la renuncia de Alejandro de la Torre, y...

Entra en vigor en Suiza prohibición de esconder el rostro en lugares accesibles al público

Ginebra, 1 ene (EFE).- La ley federal que prohíbe...

5G: la tecnología de quinta generación llegó a 2.000 millones de conexiones en el mundo

Un informe revelador mostró la velocidad del avance...