31, marzo, 2025
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La situación de Espinoza genera cortocircuitos en el PJ, donde la interna lo ubica del lado de Axel Kicillof

La situación judicial del intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, genera cortocircuitos dentro del peronismo. No es que lo prejuzguen culpable de haber abusado sexualmente a su exsecretaria Melody Rakauskas, en una causa por la que podría ir a juicio oral, sino que entienden que el PJ no puede darse el lujo este año de que se deteriore su poderío electoral en el distrito más populoso del conurbano.

Por eso, dentro del propio peronismo matancero existe, según pudo saber LA NACION, un malestar creciente con la figura de Espinoza. “Le está haciendo un daño terrible al partido, se tiene que correr, dar un paso al costado”, sostuvo por lo bajo un dirigente del municipio del oeste del Gran Buenos Aires. Sin embargo, el jefe comunal también tiene defensores poderosos dentro de la estructura del PJ bonaerense.

Algunos de ellos son intendentes, pero también lo cuenta en sus filas el gobernador Axel Kicillof. Espinoza es uno de los dirigentes que adhirieron al proyecto del mandatario provincial y que, por ende, tomaron distancia del kirchnerismo y La Cámpora, con todo lo que eso significa en el conurbano. “Ellos ya le soltaron la mano, pero nosotros lo bancamos”, reconoció uno de los intendentes enrolados en el axelismo.

Fernando Espinoza y Axel KicillofNicolás Suárez

En La Plata, en despachos cercanos al de Kicillof, aseguraron a este diario que “esa decisión no tiene que ver con nosotros”, al ser consultados sobre un eventual pedido de licencia de Espinoza, para que el gobierno municipal no se vea perjudicado por el escándalo que lo rodea desde el año pasado, cuando estalló mediáticamente la denuncia de Rakauskas, aunque la presentación judicial data de 2021.

Pero en otros sectores del peronismo bonaerense no están de acuerdo. Sostienen que Espinoza debería “pedir licencia hasta que se aclare” si la denuncia en su contra tiene motivos políticos o económicos. El enfrentamiento que mantiene el intendente de La Matanza con La Cámpora no lo ayuda a conseguir aliados entre los sindicatos locales, que son fuertes. Y en la vereda de enfrente ya tenía al Movimiento Evita.

El entendimiento entre Máximo Kirchner y Emilio Pérsico, referentes de La Cámpora y el Evita, trasciende las fronteras de La Matanza. El acuerdo político-electoral entre ambos se extiende a San Martín -el distrito donde el jefe político es Gabriel Katopodis, uno de los estandartes del proyecto de Kicillof- y Avellaneda, donde el intendente Jorge Ferraresi es el jefe comunal más comprometido con el espacio del gobernador.

Máximo Kirchner, en la marcha del 24 de marzo junto a su aliado Emilio Pérsico

En medio de la interna, en las filas de La Cámpora vienen siguiendo de cerca la gestión de Espinoza. La semana pasada notaron que el intendente asistió a una escuela de Isidro Casanova para hacer un “anuncio de marketing”, sin hacerse cargo de que la institución fue robada siete veces el año pasado. Antes habían puesto la lupa sobre las cuentas del municipio, en la apertura de sesiones del Concejo Deliberante.

La presidenta de ese cuerpo, Liliana Yambrún, es justamente la señalada para tomar las riendas del gobierno local en caso de que la situación de Espinoza se complique cada vez más. Se trata de una dirigente muy cercana al intendente, que fue su secretaria y también diputada nacional. “Hablar con ella es como hablar con Fernando”, dijo a este medio un referente matancero, que ya pasó por varios sectores políticos.

Más allá de la mesa chica de Espinoza, también siguen con especial atención su derrotero la vicegobernadora Verónica Magario, a quien Kicillof le augura un futuro político más próspero que el de su mentor; el jefe del bloque de diputados bonaerenses de Unión por la Patria (UP), el camporista Facundo Tignanelli; y la evitista Patricia “Colo” Cubría. Todos ellos quisieran ser los “candidatos naturales” a tomar el bastón de mando.

Fernando Espinoza junto a Verónica Magario, en el centroNicolás Suárez

El “caso Espinoza” toma al peronismo bonaerense en medio de una discusión que algunos consideran “fraticida”. El enfrentamiento entre kirchneristas y axelistas -en el que Espinoza tomó partido por Kicillof, algunos dicen que por la sospecha de que La Cámpora operó contra él en la Justicia– sigue sin saldarse, a tal punto que no pueden acordar siquiera el calendario electoral de la provincia de Buenos Aires.

No obstante, se registran intentos contra reloj, antes de que el jueves se reúna la Legislatura para debatir la suspensión de las PASO provinciales. El último domingo hubo un encuentro reservado entre Kicillof, Máximo y Sergio Massa para tratar de acercar posiciones, pero no lo lograron. La situación de Espinoza, para los jerarcas del panperonismo, está ahora en un tercer plano. Tampoco en ese caso se ponen de acuerdo.

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