15, enero, 2025
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La “batalla” por la embajada en España y los planes del Gobierno para ajustar las sedes diplomáticas

La jefatura de la embajada argentina ante España, cuyo titular ya estaría definido para fines de enero, fue escenario de una dura batalla. Mientras el canciller Gerardo Werthein quiere como embajador a un empresario cercano, el presidente Javier Milei seguía evaluando el deseo de su profesor amigo Jesús Huerta de Soto para que el representante comercial Alejandro Nimo conduzca la sede.

También juega en esta carrera Luis María Kreckler, cónsul general en San Pablo y a cargo, temporalmente, de la Secretaría de Relaciones Comerciales Internacionales de la Cancillería.

El embajador Kreckler quería que un diplomático de carrera sea el número uno en dicha sede, e incluso fue quien pidió por Alejandro Alonso, quien misteriosamente cayó en “desgracia” para ocupar el puesto cuando desde la vice cancillería, que ocupa Eduardo Bustamante, sacaron a relucir un sumario por presuntos maltratos cuando era cónsul en Barcelona, un caso que en realidad había sido cerrado y archivado.

La embajada de España estaba a cargo del diplomático de carrera Roberto Bosch, nombrado por la desplazada canciller Diana Mondino. Bosch, que reemplazó a Ricardo Alfonsín -de quien era su segundo-, cayó en desgracia por su enfrentamiento con Nimo, a quien denunció en Buenos Aires.

En diciembre la Cancillería anunció en un posteo en la red social X que Alonso iba a ser el embajador ante el Reino de España, pero tal como anticipó Clarín en su momento, esa candidatura se complicó. Días atrás, desde la cúpula de Cancillería hicieron saber informalmente que estaba caída y se buscaba otro candidato. Pero aún no hay definiciones.

Fuentes oficiales señalaron que quien mejor posicionado está es el candidato del Jefe del Palacio San Martín, es decir el de Werthein, y que Nimo quedaría en el camino para conducir una sede tan preciada como la de España, y además de un valor económico estratégico histórico. En lo político, la situación sigue igual aunque más calma: Javier Milei y Pedro Sánchez no tienen relación, pero cesaron sus choques verbales. Sánchez a su vez también repuso embajador en Buenos Aires, Joaquín María de Arístegui Laborde, cuyo nombre anticipó Clarín en su momento.

Con todo, los nombramientos vienen más lentos de lo que se esperaban y se producen situaciones inesperadas. De hecho, se da el caso que el presidente Javier Milei irá a la asunción de Donald Trump el próximo 20 de enero en Washington, cuando la embajada está a cargo de una joven guardia.

El diplomático Juan Corteletti, que conquistó la confianza de Santiago Cafiero, luego la de Diana Mondino y ahora la de Werthein, maneja la sede. Es quien le arma las bilaterales que tendrá el canciller la próxima semana en Washington. Es que aún el pliego del designado embajador Alec Oxenford no ingresó al Senado para su tratamiento, según aseguran fuentes legislativas. El canciller Werthein espera enviarlo ahora cuando empiece el período de sesiones extraordinarias en el Congreso.

Dos meses y medio después de asumir, Werthein sigue trabajando en el armado de su Cancillería con un reducido equipo de confianza en el piso 13 del edificio del ministerio. Ese equipo está integrado primero por su abogado, Jorge Grispo, y luego por jóvenes funcionarios, además de Francisco Tropepi, el uno en la misión de Naciones Unidas, con el que habla de forma permanente.

El grupo de Kreckler sufrió algunos cambios de integrantes en las últimas semanas. Y volverá para el fin del verano a San Pablo. Ese es su plan al menos. Carlos Cherniak -embajador del kirchnerismo ante la FAO- fue corrido de la centralidad del equipo de Kreckler que tuvo estas semanas, y ahora quien cobró protagonismo es Marcelo Lucco.

El hecho de que se desplazara a los diplomáticos más ligadas al PRO y volvieran otros que tuvieron roles destacados con el kirchnerismo -como el propio Kreckler-, dejó malherido a un ministerio donde todos temen dar su opinión, tomando como punto de partida los sumarios ideológicos que el presidente Milei ordenó abrir. Hoy, los diplomáticos del área comercial hacen malabares para cumplir con magros objetivos teniendo en cuenta que la hermana del mandatario, Karina Milei, se llevó la agencia de inversiones -y por lo tanto la caja para viajes, ferias y misiones- hacia la secretaría general de la Presidencia que ella encabeza.

En el medio hubo otros cambios y sigue el susto. Al director de Oriente Medio, Eduardo Varela, se le ordenó que deje su cargo y se vaya a su casa. Hay cantidad de diplomáticos enviados a sus casas, varios de ellos del PRO, al igual que ocurría durante el gobierno kirchnerista. Están sin tareas asignadas por decisión de las autoridades.

Con esos pocos integrantes, y aún sin vocero, el ministro Werthein sigue trabajando no solo en la estructura de un Ministerio que sería más chica sino que avanza sobre el plan para cerrar embajadas y consulados en el extranjero. Si bien en un principio trascendió que serían entre treinta y cuarenta incluyendo las de Irán, Siria, Palestina y otras árabes, africanas y asiáticas, eso no es así, afirman.

Por el contrario, seguirán en la línea de, primero, fusionar sedes duplicadas como se está haciendo con la embajada argentina en Roma y la de la FAO. La del Vaticano se mantiene. La embajada argentina en Bélgica se fusionaría con la de la Unión Europea, también en la capital belga. La sede de la Aladi en Uruguay pasaría a la sede en Montevideo. Y otras embajadas cerrarán en países donde se considera que hay poca o nula actividad, incluyendo algunas en Europa, Asia y Africa.

El canciller ya fue advertido que cerrar embajadas por doquier puede ser más caro que mantenerlas. Y también que no es conveniente cerrar sedes en conflicto como la de Irán o la de Palestina. Pero otras sí van a cerrar, la lista se trabaja. En cambio, Werthein planea abrir representaciones en lugares considerados hoy estratégicos para la economía argentina. Es el caso de Palo Alto, Estados Unidos, donde el Gobierno busca dinamizar la relación con las empresas del mundo tecnológico y la inteligencia artificial.

Werthein, que en principio acompañará a Milei a Estados Unidos a la asunción de Trump y al Foro Económico de Davos, en Suiza, la próxima semana, planea hacer un viaje a Israel, Arabia Saudita y Emiratos Arabes.

Es un tema muy sensible. Una veintena de estados árabes, la mayoría musulmanes, están perplejos por el formato que tomó la alianza de Milei con Netanyahu. El Presidente rompió con la política exterior tradicional de Argentina y no reconoce a Palestina como Estado. Y es su deseo trasladar la embajada argentina de Tel Aviv a Jerusalén.

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