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Era una tarde de enero cuando recibió un mensaje que la dejó paralizada. Una mujer que estaba por tomar el tren vio una lona en las escaleras de la estación con un animal indefenso y sin pelo encima de ella.
Apenas se movió cuando la mujer se acercó para confirmar que estaba con vida. Parecía llevar varios meses en esa situación y, de alguna manera, se había acostumbrado a ser indiferente e invisible a la mirada de los que por allí pasaban a diario. Pero ese día su historia estaba a punto de cambiar.
De inmediato se puso en contacto con Suzette Hall, fundadora de Logan’s Legacy 29, para ayudar a la perra. Y, en cuanto Hall recibió el mensaje, ella y sus voluntarios idearon un plan para salvar a la perra, que más tarde se llamaría Sadie Rose. Arturo Flores, el voluntario más cercano a la estación de tren, acudió rápidamente al lugar. Pero para cuando llegó, el sol ya se había puesto y Sadie se había movido del lugar donde la habían visto.
Lamentablemente, Flores no pudo encontrar a Sadie Rose esa noche, así que Hall llegó temprano a la mañana siguiente para intentarlo de nuevo. Aunque buscó por varias horas, tampoco tuvo suerte hasta que de pronto la vio caminando muy lentamente, agotada y hambrienta.
Hall salió de su coche en silencio y se apresuró a colocar tantas trampas para perros como fuera posible en la zona y sin asustar a Sadie Rose. Pronto regresó a su coche y vio cómo, atraída por la deliciosa comida que contenían, Sadie Rose se acercaba a sus trampas. Sin embargo, el rescate no fue sencillo. “Cada vez que casi caía en la trampa, aparecía una persona y la asustaba. Luego cruzaba la calle, tantas veces, que en una oportunidad casi la atropella un coche”.
Entonces, Sadie Rose desapareció de nuevo. Hall recorrió la zona, caminó cada calle vecina en busca de la perra. Pasaron las horas, y la dedicada rescatista casi se dio por vencida por esa noche, hasta que decidió intentar una vez más el segundo escondite favorito de Sadie Rose, un autoservicio cercano. Y allí estaba.
Con Sadie Rose finalmente a la vista, Hall supo que debía actuar rápido. Dobló por la calle y vio a la perra entrar en el jardín de alguien. La rescatista estacionó rápidamente su auto, tomó sus confiables barreras para bebés y bloqueó las salidas del jardín. Con la ayuda del dueño de la casa, Hall logró acorralar a la perra y la atrajo hacia una trampa. En cuanto Sadie Rose cayó en la trampa, supo que por fin podía bajar la guardia. “Literalmente empezó a quedarse dormida. Sabía que sus días malos habían quedado atrás”, dijo Suzette Hall.
Hall llevó a Sadie Rose de urgencia al veterinario, donde le diagnosticaron un caso grave de sarna. El equipo veterinario inició rápidamente un tratamiento, que lamentablemente requirió aislarla de otros perros debido a su alta tasa de contagio. Aun así, a pesar del dolor y la indiferencia que había sufrido, la personalidad cariñosa de Sadie Rose se hizo evidente. “Es absolutamente hermosa y adorable”.
Luego de más de un mes de riguroso tratamiento, la perra finalmente recibió el alta para ir a un hogar de tránsito, y su dulce familia estaba más que lista para recibirla. Todavía se está recuperando, y aún le quedan unos meses para que su piel sane por completo y le vuelva a crecer el pelaje. Pasará un tiempo antes de que esté lista para ser adoptada.
“Le gusta salir al pequeño deck que hay en casa, disfrutar del sol y la brisa. Le puse un suéter extragrande para que no tenga frío”, escribió de Grandmaison, la mujer que la recibió en su casa para que termine de recuperarse y luego pueda ser adoptada. “Es una perrita muy feliz”.
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