Una tarde en la que el calor no daba tregua, David Martin agarró varias botellas con agua fría y las colocó en una hielera en la entrada de su casa, ubicada en Goodyear, Arizona. “Por favor, llévate una gratis”, decía el cartel que colocó junto al contenedor. Buscaba ofrecer alivio a quienes se aventuraban a caminar bajo el sol abrasador, pero cosechó problemas: la Asociación de Propietarios de su comunidad lo multó por cientos de dólares y él se niega a pagarles. Ahora, tras varios años de disputa, planea demandarlos.
El conflicto por la hielera comenzó años atrás, en 2020. Una jornada calurosa, Martin quiso ayudar a paliar las altas temperaturas y se le ocurrió poner una heladera portátil con botellas de agua helada gratis en el jardín delantero de su casa. “Es para los conductores, para las familias, para los niños, para hacer algo positivo en un mundo que lo necesita”, le contó al canal 12 News.
De inmediato, la vivienda se convirtió en un punto de referencia para transeúntes, repartidores y vecinos que salían a caminar por el barrio. Si bien mucha gente le agradeció el gesto y lo consideró como una acción positiva, no todo el mundo lo tomó de ese modo.
En mayo de 2024, la empresa FS Residential —encargada de administrar la Asociación de Propietarios de Canyon Trails— le impuso una multa de US$50. En los meses siguientes, el monto ascendió a US$100 y continuó aumentando. Recibió sanciones por unos US$600, pero Martin afirmó que no las pagará.
A través de un comunicado, la Asociación de Propietarios explicó que la entidad “no se opone a que un residente proporcione botellas de agua gratuitas a la comunidad”. Sin embargo, aclaró que “las reglas de la comunidad no permiten que un residente anuncie la distribución de botellas de agua desde una hielera portátil, ubicada junto a su garaje y visible desde la propiedad vecina”.
Martin explicó que guarda la hielera todas las noches, por lo que no infringe las normas sobre almacenamiento permanente de artículos y rechazó las multas. “Me mantengo firme en mi postura: no voy a pagar las multas y el refrigerador no se irá a ningún lado”, dijo
Tampoco aceptó el dinero de quienes querían ayudarlo a pagarlas. En lugar de ello, propuso otra forma de colaborar. “Puedes donar agua. Puedes donar dinero que se destinará al agua”, señaló.
La disputa escaló a tal punto que Martin lanzó una campaña pública para destituir a tres miembros de la junta de la Asociación de Propietarios. Reunió más de 200 firmas y convocó una votación especial. De los 210 votos emitidos, 190 apoyaron la remoción de los directivos. La junta reconoció inicialmente la validez del proceso. Sin embargo, luego convocaron una sesión de emergencia para anular la votación por supuestas fallas en la notificación y cuestionaron la validez del quorum.
Martin presentó un documento enviado por el administrador de la comunidad que respaldaba el proceso según la ley estatal. A pesar de ello, espera una pelea judicial y comenzó a prepararse para enfrentarla. “No se trata solo del agua, se trata de la comunidad en su conjunto”, expresó
Mientras tanto, lanzó una línea de camisetas para financiar los costos legales, que podrían alcanzar los US$50.000. Las prendas, que se venden en la web de su tienda de calzado, muestran el mensaje “Agua. Fría. Gratis.”, junto a la imagen de una botella y cuestan US$25. Todas las ganancias se destinarán a su lucha legal para conservar la heladera en la entrada de su casa.
Martin contó que su abuelo fue quien lo inspiró. Convertía su casa en una despensa comunitaria y ofrecía alimentos gratuitos a quien lo necesitara. “Siempre me decía: ‘Eres un buen chico. Haz siempre lo correcto’. Y yo quiero hacer lo correcto”, explicó a The NY Post.
La historia de la hielera generó también el apoyo de otros vecinos, que comenzaron a enviarle cajas de agua embotellada. Según Martin, recibió más de 150 en las últimas semanas.
Martin aseguró que, si los tribunales fallan en su contra, ideará otra forma de ayudar. También dijo que considera instalar una estructura fija, similar a las pequeñas bibliotecas comunitarias, para ofrecer agua en un formato que no infrinja ninguna norma. Mientras tanto, planea resistir.