10/04/2025 19:54hs.
Y el fútbol, el fútbol es así. Un día estás contando los puntos para no irte a la B, y al otro estás gritando un gol histórico en el Maracaná. Porque sí, desde el corazón de Santiago del Estero salió una historia que parece de película y hoy se está escribiendo con letras doradas. Central Córdoba, el mismo que hace 20 años estaba jugando la Promoción para no descender al Argentino C, el mismo que hace nada levantaba su primer título en la Copa Argentina, ahora se para de frente y sin miedo en la Libertadores, y le mete un cachetazo futbolero al mismísimo Flamengo en su casa. Sí, en el Maracaná. Ese templo sagrado del fútbol. Y no es chiste. Es la primera vez que un equipo argentino le gana al Mengao allá, en un torneo internacional. Y para colmo, en su primera Copa Libertadores. Increíble. El Maracanazo santiagueño. Por los pies mágicos de Leonardo Heredia y ese frentazo de José Florentín que quedó en la historia.
Y ahí estaba Omar De Felippe, con los ojos brillosos, diciendo en conferencia: “Es una alegría enorme, para nosotros, para Santiago. Este grupo es puro corazón. Viajes, esfuerzo, un plantel corto… pero acá estamos. Hoy toca disfrutar”. Y mientras tanto, en Brasil, un puñadito de valientes -más de 1.500 hinchas- se hacían sentir con sus banderas negras y blancas, mientras que en Santiago del Estero las calles estaban de fiesta. Era carnaval ferroviario. Nadie dormía.
Sumó sus primeros tres puntos en la Copa Libertadores. (Foto: Antonio Lacerda)
“Jamás sobramos el partido. Sabíamos con quién jugábamos. Mucha jerarquía, mucho público, un estadio que impone. Al principio nos costó, no los podíamos agarrar, pero en el entretiempo lo hablamos y salimos con todo”, seguía De Felippe. Y entre risas, Pillud tiró una frase que quedó: “Nos preguntábamos si íbamos a poder atacarlos. Pero le pusimos el pecho y dijimos ‘acá estamos’. Y nos salió realmente muy bien”.
Porque esto no va sólo de nombres, ni de millones. Esto va de alma, de poner lo que hay que poner. “Quizá no tenemos el juego de ellos ni esas individualidades tremendas, pero este equipo tiene corazón. Y en nada menos que en Brasil fuimos justos ganadores”, agregó, emocionado, el DT.
El festejo post triunfo. (Foto: Antonio Lacerda)
Y después… qué decir del vestuario. Fiesta total. Música a todo volumen, Matías Perelló con el parlante al hombro, canciones brasileñas versionadas a lo santiagueño, bailes, risas, abrazos. Locura. “Fue una hazaña. Una de esas cosas que no se olvidan más. Lo conseguimos con humildad, con entrega, con alma. Esto va a quedar en la memoria de toda Santiago”, dijo el ex Racing con la voz entrecortada.
“Jogo bonito”, dirán ellos. Pero esta vez el jogo bonito fue santiagueño. Con menos lujo, pero con más garra. Con alma, con huevos, con una fe inquebrantable. Que no te vendan humo: el Maracaná no fue samba, fue chacarera. Central Córdoba escribió una nueva página dorada en s historia. Y y se la firmó en la cara al gigante. Porque el fútbol también se juega así, con el cuchillo entre los dientes y una sonrisa de oreja a oreja cuando se escucha el silbato final. Maracanazo santiagueño, nomás. Y que vengan a buscarla.
Festejo de gol. (Foto: Antonio Lacerda)
¿Cómo quedó el grupo del Ferro?
Fixture del Grupo C
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