Confirmado: son muchos. Muchísimos. ¿Cuántos? Ya alcanza al 24% de los adolescentes: prácticamente uno de cuatro estudiantes de las escuelas secundarias de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires afirmó haber hecho apuestas por dinero en formato online. Y no solo es un fenómeno extendido. Además es intenso, ya que el 8,8% reveló “apostar con frecuencia”.
Estas son las primeras y preocupantes conclusiones de un flamante estudio que resume las conclusiones de una encuesta encargada por un equipo de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad (DPC). El trabajo indagó el tema entre 2.765 estudiantes de 12 a 19 años, de 25 escuelas diferentes provenientes de todas las comunas porteñas.
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“Veníamos escuchando una preocupación sistemática por este tema en las escuelas. Y por eso empezamos a hacer investigaciones y a recopilar información para poder llegar a un diagnóstico correcto sobre la situación actual”; le contó a PERFIL Roxana Perazza, Directora General de Derecho al Desarrollo Humano, desde la DPC. Y agregó: “con ese conocimiento concreto podemos comenzar a hacer mejores políticas de prevención para resolver una problemática que es compleja y vertiginosa”.
Lo que encontraron en la encuesta es que hoy es un problema generalizado en los diferentes niveles socioeconómicos. “Uno de los principales hallazgos es que las apuestas online son un fenómeno transversal en cuanto a la posición socioeconómica de los hogares y no distinguen entre clases sociales”, detalló Perazza.
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Si bien chicos de ambos sexos están expuestos a esta adicción, es claramente más común entre ellos que entre ellas. El dato final, según los recopiladores, es que del total de los jóvenes que apuestan, el 71% son varones y el 25% mujeres, con un 4% que se identificó con otros géneros.
Existe también, según esta encuesta, una marcada tendencia en relación con la edad: a medida que los estudiantes avanzan en su recorrido escolar, la participación en apuestas online aumenta. Así, mientras que sólo el 13% de los chicos de primer año ha apostado, este porcentaje se duplica y entre los cursantes de quinto año el porcentaje de jugadores digitales ya alcanza al 30%.
Nadie puede, además, negar que es una adicción, tal como se ve a partir de la pregunta que se les hizo acerca de si tenían dificultades para “dejar de apostar”: el 25% de los jugadores afirmó “tener dificultades para dejar de apostar” cuando van ganando. Y el 29% afirmó sufrir la misma dificultad cuando están perdiendo. Esto, según los expertos, podría señalar claramente el riesgo de que éstas prácticas muchas veces ya son compulsivas.
Políticas de prevención
Algo que puede servirle a quienes diseñen futuras políticas específicas para contener este tema es saber en detalle ¿a qué juegan? Las preferencias sobre tipo de juego indican que el casino se ubica en primer lugar (47,8%); seguido por apuestas deportivas con un 32,3%. Entre mujeres, se observa una mayor inclinación por los juegos de casino (59,9%), mientras que entre los varones la preferencia es menor (43,8%). Por otro lado, entre los varones, las apuestas deportivas son más populares (37,6%) que entre las mujeres (18%).
Seguramente para desarrollar estrategias resulta clave entender las razones “objetivas” que se enarbolan detrás de esta adicción. Les preguntaron, en forma abierta, ¿cuáles son los motivos que tenés para apostar en línea?
Las dos respuestas centrales fueron “ganar dinero” y “entretenerme“. El primero fue mencionado en el 67% de los comentarios analizados. Así los adolescentes consideran que las apuestas “son una manera rápida y sencilla de tener ingresos, lo que les permite acceder a productos, salidas o incluso a una forma de autonomía económica”. Luego, un 25%, dice que lo hace para “entretenerse, divertirse y pasar el tiempo”.
Finalmente, otro tema actual es el de cómo “llegan” los jóvenes a descubrir las modalidades de juegos por dinero. Ante la consulta sobre cómo conocieron las plataformas de apuestas online, el 73,1% de los jóvenes respondió haber descubierto estos sitios a través de amigos, conocidos o familiares. Pero uno de cada cuatro -el 25,7%- llegó a las apuestas en línea a través de los influencers de las redes o de la publicidad directa de webs específicas.
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Con estos datos, desde la DPC recordaron que “la primera acción de prevención que ya llevamos a cabo fue, hace unas semanas, enviar oficios a una veintena de entidades bancarias y a las billeteras virtuales. Hicimos esto porque comprobamos que el 90% de los apostadores juegan utilizando billeteras virtuales como medio de pago”. En los oficios enviados les pidieron que informaran cuales son los procedimientos, normativas y medidas de protección que tienen para abrir cuentas digitales a menores de 18 años. Y también le hicieron una recomendación al BCRA para que obligue a las entidades financieras a proporcionar informes sobre el movimiento de dichas cuentas a los adultos responsables del menor.
En ese mismo sentido va la reciente movida judicial que impulsan desde el gobierno de la Ciudad. En las últimas semanas, las autoridades porteñas denunciaron a 16 influencers y famosos que, desde sus redes sociales, promocionan juegos de apuestas en plataformas a las que acceden los adolescentes.
La prevención bien entendida empieza por casa
En los últimos tiempos, la discusión pública puso en el centro de la responsabilidad a la escuela ya que suele decirse que “los chicos apuestan online en horas de clase”. Pero la encuesta mostró algo diferente. Cuando les preguntaron “¿Desde dónde apostás?, la respuesta principal (47,9%) fue “desde casa“. Otro porcentaje afirmó “en cualquier lugar” (18.9 %) . Y lo siguió “en casa de amigos” (15,8%). Apenas el 9,9 % de los adolescentes apostadores confesó hacerlo “en el espacio educativo” y el 1,2% “desde el club”. Por eso, para los investigadores, las políticas de prevención deben combinar diálogo, regulación y control. Desde la Defensoría indican que “debemos poner foco en las dinámicas familiares, dado que más de la mitad de los encuestados apuestan desde su hogar. Y tenemos que darle herramientas a los adultos para que identifiquen el riesgo y aborden el tema”. También proponen regulaciones que desalienten estas prácticas y ejercer un control estatal eficaz sobre las plataformas para restringir las apuestas online entre adolescentes, apelando también a la responsabilidad social del sector privado.