Aunque parezca contradictorio, cuando está pensando en dejar su trabajo, su jefe puede ser la mejor persona con la que deba hablar. Pero, ¿cómo puede abordar este tema y convertir esta conversación posiblemente incómoda en un diálogo productivo?
Seamos claros. No siempre es una buena idea decirle a su jefe que está considerando renunciar a su trabajo, dice Ravi Gajendran, presidente del departamento de liderazgo y gestión global del College of Business de la Universidad Internacional de Florida. “A menudo es un movimiento muy arriesgado”, afirma. Sin embargo, en algunas situaciones, esta conversación puede beneficiarle tanto a usted como a la organización. La clave es abordarla de manera estratégica, según Melody Wilding, una asesora profesional. “Se trata de encontrar una intersección que sea un triple triunfo: un nuevo rol o responsabilidades que sean agradables y valiosas para usted, que resuenen con su jefe y se alineen con los objetivos de su organización”.
RECONOZCA LOS RIESGOS
Incluso si tiene una excelente relación con su jefe, Gajendran recomienda actuar con precaución antes de discutir sobre la posibilidad de dejar la empresa. Los jefes tienen sus propias prioridades y presiones, por lo que su primer instinto probablemente no sea tener en cuenta sus necesidades. “Plantear el tema de la renuncia puede parecer un ultimátum”, señala. Si planea aprovechar una oferta externa, tenga cuidado con las consecuencias, añade. “Prepárese para que su jefe le diga: ‘Adelante, acepte esa otra oferta'”.
COMPRENDA SUS MOTIVACIONES…
A continuación, tenga claro qué espera obtener de la conversación, especialmente si desea permanecer en su organización. ¿Un ascenso? ¿Un aumento? ¿Mayor satisfacción? Tomarse el tiempo para reflexionar le ayudará a enmarcar la conversación de forma constructiva. Si busca un consejo o alguien con quien hablar, recuerde que su jefe podría no ser la persona indicada para ello.
Y LAS PRIORIDADES DE SU JEFE
Una conversación productiva sobre su futuro con la empresa también requiere tomar en cuenta las prioridades de su jefe. Gajendran aconseja pensar en cómo trabaja su jefe, qué es importante para él y qué tiene en su lista de pendientes. Reflexione sobre “qué lo hace indispensable para la organización”. El objetivo es encontrar coincidencias entre lo que usted busca en su trabajo y lo que ayudará a su jefe. La buena noticia es que “si su jefe lo percibe como alguien competente, capaz y confiable, es más probable que esté dispuesto a hacer lo que sea necesario para retenerlo”, afirma Gajendran.
NO MENCIONE LA PALABRA QUE EMPIEZA CON R (RENUNCIA)
La clave está en cómo plantea sus inquietudes, dice Wilding. Una estrategia es hablar sobre las limitaciones de su función, permitiendo que su jefe ofrezca posibles soluciones u oportunidades que tal vez usted no haya considerado. Cabe la posibilidad de que sea un colaborador individual sin oportunidad de ascenso, o que haya alcanzado el límite salarial para su función. Puede que su gerente reconozca que necesita explorar opciones externas y le ayude a establecer contactos, o que tenga información sobre una próxima reorganización y vacantes en otros equipos. A veces, un enfoque abierto funciona mejor, dice.
Una métrica clave para los gerentes es su capacidad para cultivar el talento, añade Wilding. Esto va más allá de simplemente retener a los empleados; también implica promoverlos o ayudarlos a encontrar un mejor ajuste en otro lugar. Los buenos gerentes entienden que ofrecer oportunidades, ya sea dentro o fuera de la organización, se refleja positivamente en ellos, concluye.