María Josefa Bonazza, la mujer de 79 años que había sobrevivido al derrumbe del hotel Dubrovnik en Villa Gesell, murió en las últimas horas en el hospital municipal de Balcarce.
La mujer había mostrado una evolución favorable de las heridas que sufrió en la tragedia donde falleció su esposo y había recibido el alta. Pero días atrás sufrió una descompensación por la que fue ingresada en terapia intensiva, según confirmaron a Clarín. Su cuadro había mejorado y había pasado a sala común en las últimas horas, donde finalmente falleció.
La historia de Josefa se hizo conocida en medio del trágico derrumbe del hotel en el que murieron ocho personas. La mujer y su marido Federico César Ciocchini (86) estaban en un departamento de un edificio lindero, que también colapsó parcialmente el 29 de octubre. Se habían instalado allí el día anterior, con el objetivo de poner a punto la unidad para poder alquilarla durante la temporada venidera.
Cuando el edificó cayó, en plena madrugada del martes, la mujer quedó ocho horas bajo los escombros. Fue cerca de las 10 de la mañana cuando advirtió las voces de un equipo de rescate. En medio de una nube de polvo y desde su inmovilidad, vislumbró un hueco por el que se asomaba una lucecita diáfana. Entonces, empezó a emitir golpes, como si fuera el código morse (un sistema de representación de letras y números mediante señales emitidas de forma intermitente), para orientar a los Bomberos que finalmente pudieron rescatarla.
Oriunda de Balcarce, Josefa era abogada y estaba jubilada. Ejerció la profesión durante 10 años, pero en los últimos años habia instalado un local de ropa de mujer que atendía ella misma. Se llama Vidu boutique y está ubicado en calle 17 entre 16 y Kelly. Su esposo solía visitarla para acompañarla y pasar el rato entre largas charlas. También fue presidenta de la Coalición Cívica de Balcarce en 2010 y permaneció 10 años dentro del bloque.
El matrimonio era propietario de una unidad en Alfio I, el edificio de tres pisos que está al lado del Dubrovnik. La habían comprado en 2009. Aunque ya no frecuentaban mucho la playa por temor a que las olas pudieran lastimarlos, siempre disfrutaron del mar y del clima costero. Aprovechaban esta época del año para hacer alguna escapada a Mar del Plata o a Gesell.
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