Futbolistas de ambos equipos abrazados en el centro de la cancha, intercalados entre sí y mirando hacia las cámaras de televisión, y un pitazo del referí como simbólico corolario. La inédita postal precedió al comienzo del partido Talleres-Sao Paulo en el Estadio Kempes, el pasado 2 de abril, y se replicó en todos los escenarios donde se disputaron las dos primeras fechas de grupos de la Copa Libertadores y de la Copa Sudamericana.
“La pelota no se mueve como símbolo de repudio a la discriminación, el racismo y la violencia, instando a vivir esta fiesta con pasión y respeto”, fue el mensaje que, difundido a través de los altoparlantes, acompañó los “veinte segundos de inacción” instaurados oficialmente por la Conmebol.
Alejandro Domínguez, el presidente de la matriz del fútbol sudamericano, había anticipado la jugada en la ceremonia de sorteo de los dos torneos de clubes del continente: “El racismo es un flagelo que no nace del fútbol, sino de las sociedades, pero sí afecta a fútbol, y Conmebol es sensible a esa realidad”. “Queremos que cada expresión racista tenga una consecuencia real, que quienes atenten contra la esencia de nuestro deporte enfrenten las sanciones que correspondan, tanto dentro como fuera del campo”, añadió.
En repudio a la discriminación, el racismo y la violencia, la Conmebol dispone “veinte segundos de inacción” antes de cada partido de las copas Libertadores y Sudamericana 2025.
Más temprano que tarde, al término del acto donde los bolilleros marcaron la hoja de ruta de los 64 equipos que compiten por los dos trofeos continentales, el directivo paraguayo hizo gala de su torpeza y metió un gol en contra: “Una Copa Libertadores sin Brasil, es como Tarzán sin Chita”.
A través de una carta, dieciséis clubes brasileños repudiaron ‘la analogía claramente racista’ de Domínguez y, de paso, empezaron a imaginar un futuro sin el paraguayo en el trono y a estrechar lazos para hacer valer su poderío deportivo y económico en las próximas elecciones de la Conmebol.
Multa a la vista
El debut en la Libertadores 2025 fue con derrota para Talleres, adentro y afuera de la cancha. Mientras los hinchas albiazules trataban de digerir el 0-1 ante Sao Paulo, empezó a viralizarse en las redes sociales un video con la imagen de un plateista haciéndole gestos racistas a la parcialidad brasileña.
El episodio motivó la apertura de un expediente por parte de la Conmebol, cuyo reglamento disciplinario, en su artículo 14 (‘Discriminación y comportamientos similares’), sanciona con “una multa de al menos 3.000 dólares americanos” a los clubes o asociaciones cuyos simpatizantes incurran en “insultos o conductas que atenten contra la dignidad humana de otra persona o grupo de personas, por cualquier medio, por motivos de color de piel, raza, etnia, idioma, credo u origen”.
Conmebol abrió un expediente disciplinario contra Talleres por los gestos racistas de un plateista hacia la parcialidad de Sao Paulo, en el partido de la 1° fecha de la Copa Libertadores.
Para casos de gravedad o reincidencia, la normativa contempla la posibilidad de penas adicionales, “como jugar uno o más partidos a puerta cerrada, la prohibición de jugar un partido en un estadio determinado, la concesión de la victoria del encuentro por el resultado que se considere, la deducción de puntos o la descalificación de la competición”.
Por dichos considerados xenófobos, en perjuicio de un hincha de Boca Juniors, Pablo Ceppelini, mediocampista de Alianza Lima de Perú, fue suspendido por cuatro meses y no estará presente en los partidos que su equipo jugará ante Talleres, en el marco del Grupo D.
Por este caso, la Federación Sindical de Futbolistas Profesionales de Bolivia (Fabol) criticó con dureza a la Conmebol: “Con esta sanción, se está avalando un criterio profundamente discriminatorio: asumir que decir ‘boliviano’ es un insulto, una ofensa que atenta contra la dignidad humana”.
Racismo clásico
La exhibición de una bandera de Bolivia a través de una tablet, desde el interior del colectivo que trasladó a la delegación de Talleres hasta la cancha de Belgrano, fue uno de los episodios que constaron en el parte policial del clásico futbolero del pasado 30 de marzo, y que determinó la decisión del Consejo de Seguridad Deportiva de la Provincia de Córdoba (Cosedepro) de fijar una multa de 30 millones de pesos para cada club.
“El informe del jefe del operativo incluye fotos y videos, y es concluyente. Resulta muy difícil de contrarrestar”, señaló Marcelo Frossasco, titular del Cosedepro. “La sanción se aplicó en base a jurisprudencia de la Policía y de Tribuna Segura, pero el próximo desafío es poder hacer una tipificación y establecer una unidad de medida para las penalizaciones”, puntualizó.
La compensación institucional impuesta por el Cosedepro a Belgrano y Talleres se destinará a entidades que trabajan en apoyo y educación de personas con discapacidad.
“Fueron varios hechos, tanto afuera como adentro de la cancha. La presencia de pasacalles agraviantes, el arrojamiento de objetos y panfletos al campo de juego, el escupitajo al hijo de Andrés Fassi en la platea, algunas agresiones entre los propios protagonistas y los gestos agraviantes de varios jugadores hacia la gente, que por suerte no pasaron a mayores pero pudieron haber generado un gran problema”, detalló Frossasco.
“Estas actitudes realmente sorprenden, porque se trata de deportistas profesionales, pero la obligación de corregirlas la tienen el club y el ente rector. De todos modos, cualquier persona que se sienta afectada por hechos de esa índole puede denunciarlos a la Unidad Judicial que se asigna para cada evento, ya que configuran un incumplimiento a la Ley del Deporte”, añadió sobre las actitudes de los futbolistas hacia los hinchas.
“El episodio de la bandera fue grave, igual que la agresión de un socio de Belgrano a un directivo de Talleres después del final del partido. Este tipo de conductas tendrían que estar tipificadas”, destacó el funcionario. Respecto a la agresión a Sebastián Fassi, vicepresidente deportivo de Talleres, el Cosedepro aplicó una suspensión de tres años para ingresar a cualquier evento deportivo del país al simpatizante involucrado, y actualmente trabaja con la dirigencia de Belgrano para su identificación.
“Antes el problema mayor estaba en las tribunas, pero en los últimos tiempos se ha intensificado el protagonismo de los jugadores en hechos de violencia, discriminación y agresión verbal o física. Por eso insistimos para que los clubes arbitren programas de concientización”, subrayó Frossasco.
En tal sentido, el titular del Cosedepro destacó la reciente creación del ‘Observatorio Contra Hechos de Discriminación, Racismo y Xenofobia’ por parte del organismo provincial de seguridad deportiva, cuyos programas se instrumentan en forma conjunta con la Secretaría de la Mujer.
Finalmente, Frossasco consideró un retroceso el desmantelamiento del INADI por parte del Gobierno Nacional: “En estos casos, siempre es importante tener una puerta abierta para que alguien te escuche, te oriente o te acompañe, y esa puerta hoy se cerró”.
El caso del básquet
La Asociación de Clubes de Básquetbol, a través de su Tribunal de Disciplina, sancionó a una simpatizante de Ferro Carril Oeste que profirió insultos racistas al jugador Lee Aaliya, en el partido de Liga Nacional que el equipo de Caballito jugó como local ante Instituto, el pasado 5 de abril.
La espectadora, identificada como Mónica Stankevich, recibió una suspensión de ocho años para asistir a cualquier partido de básquetbol en el territorio nacional, además de una multa económica. A su vez, se dispuso que el club porteño realice una serie de acciones antidiscriminación.